El diario de viaje. Olimpo Griego – el camino a las nubes
Se da la circunstancia de que nunca hemos estado en Grecia. A pesar de que nos siempre atraía la cultura griega, la cocina, la arquitectura, la historia antigua y también la altura y el deporte extremo. Siempre que veíamos las fotos de Olimpo la legendaria montaña con grande história, yo y mi marido deseamos visitar esta morada mítica de los dioses del Olimpo. Según la leyenda, fue aquí que el poderoso Zeus el Tronador hacía la justicia, castigando a los indignos lanzando los relámpagos y truenos. Ningún mortal no pudo llegar hasta aquí. ¡Y nos atrevemos a hacerlo!
Nuestro sueño se realizó este verano. Siendo bastante arriesgados, pero con casi ninguna experiencia de escalada, decidimos hacer el ascenso al pico más alto de la montaña – Mitikas, 2917m. La cordillera de Olimpo tiene más tres picos: el Eskolio(2914m), Stefani (2905m) y Skala (2866m). A cada pico corresponde una ruta diferente. Habíamos planeado conquistar el Olimpo en dos días:
1º día Fuimos en coche desde la ciudad Litochoro a Prionia, después al Spilios Agapitos (Refugio A) donde pasamos la noche.
2º día Desde el Refugio A hasta el pico de Skala y luego al deseado pico Mitikas.
La única cosa que no tomamos en cuenta al planificar nuestro viaje – el clima. La tempestad en las montañas en pleno verano – una ocurrencia común. ¡Y la diferencia entre una tormenta en la ciudad y en las montañas es enorme! Al ascender la montaña fuimos atrapados por una tormenta.
El primero día
El nuestro ascenso comenzó desde la ciudad Litochoro. Ahí compramos el agua, tomamos una taza de café fuerte griego en una cafetería muy acogedora. Según la leyenda, fue en Litochoro que Zeus, el marido infiel de Hera, tenía las citas secretas con las mujeres hermosas de la tierra. Cuanto a nosotros, fuimos en el coche viejito, pero muy fiel hasta Prionia, que se encuentra a una altitud de 1100 metros. Para llegar a la ciudad se puede tomar el taxi, pero no le costará poco. Todavía una otra oportunidad es subir en autobús y, a continuación, tomar un coche de paso una vez que mucha gente pasa por este camino. El camino a Prionia está en buen estado. Dieciocho kilómetros de serpentina, de los cuales 17 kilómetros de pavimento de asfalto, y el último kilómetro – era un camino terregoso. Nos agradó que no hubo subidas y bajadas fuertes.
¡Y aquí estamos a la espera de alegría del encuentro con el dueño divino de la montaña! La emoción de la expectativa de escalar el monte está cada vez más fuerte, pero decidimos parar durante unos 30 minutos en la cafetería local para reponer fuerzas para "arranque al cielo". Aparcando el coche, entramos dentro de un café donde pedimos la comida griega. Las porciones son bastante grandes, así que tuve que dar la mitad para mi marido. En el café conocimos la familia de los franceses, que compartieron con nosotros su experiencia inolvidable de la conquista del monte Olimpo. Ellos amablemente nos dieron sus bastones de trekking, que son muy útiles al subir/bajar y significativamente ahorran energía en el camino.
Por lo tanto, estudiando con cuidado el soporte con una ilustración del plan de viaje, encontramos que nuestro sendero está marcado por punteros E4. Sin embargo, por desgracia no indicaba la distancia hasta el refugio A, donde, siguiendo los consejos de los escaladores sabios, decidimos pasar la noche. Al camino encontramos las maravillosas lagartijas de colores brillantes, enormes rocas, y a veces – árboles caídos. Pasando una cierta distancia, sentamos sobre un banco para descansar, saciar su sed y luego avanzamos. Admirábamos el pintoresco paisaje que se abría en el frente – las nubes grises y blancas cubrían la cumbre de la montaña. ¡No creíamos que llegábamos hasta allí! ... Y a lo lejos ya se vía el refugio. Luego nos vino el segundo aliento, y animadamente continuamos nuestro camino.
La subida de Prionia hasta el refugio demoró alrededor de 3,5 horas. Por cierto, conseguimos hacer muchas fotos. Con la cámara en los manos es imposible pasar sin hacer una foto – ¡el paisaje es divinamente hermoso!
El Refugio Spilios Agapitos era realmente impresionante. Era el hotel de montaña a una altitud de 2100 metros, con dormitorios, un bar y comedor y una chimenea. Nos dieron una cálida bienvenida y nos acomodaron en una habitación con las camas de dos pisos. Disfrutar de la noche junto a la chimenea, engullendo una ensalada griega, sopa de frijoles y bebendo el té perfumado de hierbas – ¡es la verdadera felicidad! Aquí la luz se apaga a las 22:00, por lo que nos apresuramos a prepararnos para ir a la cama. Cubriéndose con una manta, dormimos profundamente... ¡El día de mañana será aún más intenso y divertido!
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