El encanto de las ciudades pequeñitas
No siempre es fácil de las encontrar en el mapa mundial. Con sus territorios minúsculos y la población pequeña son sujetas a burlas. Hubo un tiempo en que casi toda Europa fue dispersa en los países pequeños. Hoy en día existen pocas ciudades enanas tales como Andorra, Liechtenstein, Malta, Mónaco, Luxemburgo, San Marino. Cada uno es peculiar, cada país es un museo enorme, que narra una historia larga y interesante.
Andorra – el antiguo principado de los Pirineos, las primeras referencias escritas sobre los andorranos aún se encuentran en el segundo siglo antes del Cristo. Ahora se pueden ver aquí los puentes, construidos por los romanos, las iglesias medievales de estilo románico, las casas antiguas, las ruinas de las fortalezas. El país deleita con sus resorts de montaña, lagos pintorescos, condiciones excelentes para practicar senderismo y equitación, aguas termales y festivales animados.
Principado de Liechtenstein impresiona por sus contrastes: junto a la naturaleza virgen se encuentra el centro de alta tecnología y el centro financiero internacionalmente reconocido. Las ciudades y los pueblos han conservado su aspecto medieval – las callejuelas estrechas, puentes de piedra, casa de estilo alpino con los lechos de flores y verandas. En la capital antigua puede admirar el casillo de Vaduz, donde reside la familia principesca, la catedral de San Florián, la Casa roja – la clásica medieval. La fascinante naturaleza del principado maravilla con el vale del Rin, las laderas de Alpes, los bosques pintorescos, con los viñedos y campos. Y, por último, hay que probar el vino local delicioso.
El Gran Ducado de Luxemburgo – los palacios, los puentes, los parques, los barrios antiguos, los castillos en cima de las peñas, la oportunidad de pasear en barcas y yates. La pintoresca capital homónima con más de mil años de historia. La Catedral de Santa María con las esculturas majestuosas, la Casa consistorial, la iglesia de San Miguel, el Boulevard Royal, los restos de la fortaleza, que otrora fue muy poderosa, muchos museos, galerías de arte. Todo eso se puede encontrar en Luxemburgo.
La República de Malta – el país isleño en Mediterráneo. La historia antigua, las aguas cristalinas del mar, las bahías, los acantilados, las rocas. La capital, La Valeta – la hermosa ciudad fortaleza de Mediterráneo. Hay que visitar la Catedral de San Juan, el Palacio del Gran Maestre, Auberge de Castille, los Jardines Hastings. En Malta verá una gran cantidad de los patrimonios culturales, particularmente, los templos neolíticos.
En el sur de Europa, a la orilla del mar de Liguria se encuentra el Principado de Mónaco. Todavía, los fenicios se asentaron en estos lugares. El verdor de los jardines y parques, el centro turístico, el mayor casino de Europa, las discotecas, pero también numerosos lugares de interés histórico y cultural. Entre los cuales los más curiosos son el Palacio del Príncipe de dinastía Grimaldi, construido en el siglo XVIII, la Catedral de San Nicolás, la Plaza del palacio, el museo de cera, de coches antiguos, de la filatelia y la numismática.
San Marino – uno de los países más pequeños del mundo y el lugar preferido por los turistas. El símbolo del país se considera la Basílica del Santo. Los castillos muy bien conservados, las iglesias antiguas, las callejuelas estrechas empedradas son realmente muy atrayentes para los viajeros. La originalidad del museo de armas antiguas, de instrumentos de tortura, sorprenden a cualquier uno, en el Museo de curiosidades le aguarda una colección de los objetos estrafalarios. San Marino – es la admirable imagen medieval, las decoraciones prontas para las películas históricas, los senderos por los pintorescos Apeninos.
Las ciudades enanas manifiestan su propio encanto. Se parecen a los juguetes en el mundo de los países grandes y fuertes. De la originalidad de su modo de vida, de la arquitectura, de la naturaleza, de los festivales, de las tradiciones se siente el ambiente casero agradable y acogedor.